Hoy receta italiana (Rai, ¿has probado esta receta?).
La focaccia me dio bastantes disgustos porque no acababa de quedar como yo quería así que tuve que repetir la receta hasta en 3 ocasiones. Finalmente di con lo que estaba buscando y hoy os traigo la "focaccia definitiva", que os aconsejo encarecidamente que probéis porque esta especie de pan esponjoso está exquisito.
Ingredientes:
25 grs de levadura fresca
500 grs de harina de fuerza
280 ml de agua tibia
6 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada y media de sal
aceite de oliva virgen extra para pintarla
escamas de sal o sal gruesa
ajo cortado en daditos
orégano
Preparación:
En un bol ponemos la harina de fuerza y el aceite de oliva. Mientras calentamos un poquito en el microondas el agua, sin que llegue a estar muy caliente, basta con que esté tibia.
Separamos una tacita pequeña y en ella disolvemos la levadura fresca, revolviendo bien con una cucharita.
Incorporamos la levadura disuelta a la harina y el aceite y empezamos a amasar, cuando ya empiecen a amalgamar un poco los ingredientes vamos echando el resto del agua tibia en la cantidad que admita la masa, se trata de que quede tierna pero no pegajosa, ha de despegarse de las paredes del bol.
Casi al final añadimos la sal para que no afecte a la levadura (ya que el contacto directo entre la sal y la levadura, "mata" a ésta última).
Mezclamos en una tacita una cantidad abundante de aceite de oliva, junto con varios dientes de ajo cortados en daditos y bastante orégano, removemos y dejamos reposar.
Ponemos en un bol pintado con un poco de aceite para que la masa no se pegue y tapamos dejando reposar durante una hora o hasta que doble su tamaño.
A continuación, enharinamos levemente la bandeja de horno y ponemos sobre ella la masa ya levada, vamos estirándola en forma cuadrada utilizando las manos, habrá que dejarla con un grosor aproximado de 1 cm.
La dejamos levar nuevamente durante 1 hora o hasta que duplique su tamaño, bien tapada.
Una vez ha levado, con cuidado, hundimos los dedos en la masa haciendo una especie de pequeños hoyos que son característicos de la focaccia.
Pintamos con la mezcla de aceite, orégano y ajo de forma generosa y espolvoreamos con las escamas de sal.
Metemos en el horno precalentado a 220º durante unos 20 minutos hasta que la focaccia esté dorada, habrá que vigilar muy bien el tiempo ya que pudiera ser que nos quedara seca.
Para comprobar si está hecha podemos hundir un palillo en la parte más gruesa, si sale limpio, podemos sacar del horno.
Se deja unos minutos sobre la bandeja de horno y luego se saca a enfriar a una rejilla. Se puede consumir tibia.